Domingo. Amore.

Esperaré el tiempo que tú quieras, pero comprenderás mi anhelo y mi coraje si me presento delante de ti un día y te digo que quiero estar contigo el resto de mi vida, pase lo que pase. Porque fui herida y juré que no volvería a amar nunca. Sin embargo Dios hace milagros y apareciste tú. Y trajiste la ilusión que había desaparecido. Y llegó el deseo y desapareció el miedo. La oración que me salva. La cruz que carga con mi mochila. Y la Madre del Cielo que me protege, me cuida, me lleva de la mano como si fuera chiquita. 

Comprenderás que el tiempo pasa y la juventud se despide de nosotros. No la juventud de espíritu, esa siempre vive dentro de mí, sino la edad en la que te parecía todo demasiado lejos,  el futuro no llegaba nunca y las tartas de cumpleaños tenían pocas velas. 

Y así, creciendo, comprenderás que el tiempo vuela, que si no estoy contigo hoy quizás ya no pueda estarlo nunca. Que ahora es el momento perfecto. No somos críos, no somos viejos. Somos dos enamorados que saben lo que quieren y sobre todo lo que no quieren. 

Por eso, amore, comprende sin cuestionarte demasiado. No sea que el tiempo deje de ser nuestro aliado y las ojeras, las arrugas y el cansancio lleguen sin que nuestros corazones hayan despegado. Contigo. Volar alto.

#carol@escribirparavivir✍️