Domingo. Pase lo que pase
Día de decoración. Los cambios son bonitos. Todo lo nuevo. Detalles y caprichos que a veces también son necesarios, porque forman parte del mimo y el cariño hacia uno mismo. Día de sentimientos a flor de piel. Cansados de tanto examen, trabajos con fecha de entrega, estudio sin apenas horas de descanso. Esto es vivir con niños que han dejado de serlo y empiezan a sentir como adultos y empiezan también a darse cuenta de sus limitaciones.
Día de familia con sorpresa que llama al telefonillo y entra en nuestro hogar para compartir el domingo con nosotros. Te quiero conmigo. Siempre.
Día de hablar y escuchar. De pedir perdón si es necesario. De colaborar todos en las tareas del hogar. De comprender el cansancio del otro. De no perder la paciencia y buscarla juntos si se pierde.
Día de empatizar con las lágrimas que caen, a veces sin saber por qué, pero aparecen y una detrás de otra se convierten en llanto. Porque el cansancio de final de curso para los niños y no niños se hace montaña difícil de escalar. En qué mundo vivimos, ese mundo que a los pequeños se les obliga a ser mayores demasiado deprisa y a los mayores se les permite jugar como críos y cometer errores a veces irreversibles.
Domingo. Día de Alegría, aunque se sume el dolor, cansancio, nervios y llanto. Gracias a Dios que existe el abrazo que todo lo cura. Y el milagro pone el día patas arriba. El dolor desaparece y el domingo acaba como tiene que terminar. Tranquilo. Y contigo. Los pensamientos alegres ya estarán dormidos. Os quiero. Siempre y pase lo que pase.
Buenas noches soñadores 💙
#carol@escribirparavivir✍️
#dibujosamparitocifres🩵 Amparito CifMes
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