Viernes de sonrisas.

El día de la sonrisa y yo así, que a veces hay que robármela al tiempo que termina escapando de la comisura de mis labios. 

Ya no necesito ponerme la sonrisa forzada. Sale o no sale. Llega o no llega. Se dibuja sola en la cara y si no es así ya no vale. 

Quisiera ser este niño que lo tiene todo para seguir sonriendo. Y me pregunto si es que yo no lo tengo. Sí. Lo tengo cuando vivo al día, cuando confío, cuando acepto el pan nuestro de cada día, cuando me miro en el espejo y veo ese color verde en mis ojos que nadie ve. Pero yo sí. Lo veo. Y es lo único que cuenta. 

Cuando dejo de pensar y empiezo a vivir. Es entonces cuando la sonrisa por fin es espontánea y real. Se dibuja en mis labios, mis ojos, mis gestos y mi cuerpo entero. Y en ese momento soy feliz. 

El día de la sonrisa tiene que ser todos los días.

Buenas noches soñadores 💙

#carol@escribirparavivir✍️